Lineamientos generales



El propósito fundamental del premio, además del de ser un mecanismo de reconocimiento a las interventorías más destacables, es el de establecer una fuente de generación de aprendizaje y mejora continua de las interventorías que, indiscutiblemente, beneficiará no solo a las propias empresas interventoras, sino la ejecución misma de los proyectos de infraestructura.

Con el diseño y operación del Modelo de Excelencia para las Interventorías, la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito y la Agencia Nacional de Infraestructura, pretenden básicamente:

  • Reconocer públicamente, a través de la entrega de los galardones, las interventorías que tengan altos niveles de desempeño en la gestión y en lo que corresponde al proceso de interventoría, difundiendo sus prácticas y resultados como referentes para otras organizaciones del sector en Colombia.

  • Identificar, evaluar y difundir las mejores prácticas en lo que respecta al modelo de gestión de las interventorías, con el fin de promover procesos de aprendizaje para mejorar su desempeño y la generación de valor.

  • Promover al interior de las interventorías el conocimiento profundo de su sistema de gestión, de sus diferentes procesos, con el propósito de identificar y cerrar brechas a través de la formulación de planes de acción, teniendo como referente los criterios de evaluación del modelo.

  • Fomentar la utilización de los criterios de evaluación del modelo, como herramienta de autoevaluación permanente, para alcanzar altos niveles de gestión.

El despliegue del objetivo estratégico de la Agencia Nacional de Infraestructura, en relación con la Incorporación de las Interventorías a los fines esenciales del Estado, está en cabeza de la Oficina de Control Interno de la Entidad, quien ha planteado el desarrollo de los componentes que se presentan a continuación, uno de los cuales corresponde al Premio Nacional de Interventoría.

El modelo de excelencia en interventoría, se plantea como un instrumento que permitirá a cada interventoría avanzar por el camino del mejoramiento continuo, hacia la madurez operativa y la madurez organizacional. Integra dos componentes del modelo de incorporación de las interventorías a los fines del Estado. Por un lado, la metodología para la evaluación de la excelencia operativa, plasmada por la ANI en la bien conocida Matriz de Evaluación del Desempeño (MED) y por el otro, el Modelo para evaluación de la excelencia organizacional.

Para implementar y evaluar la excelencia en la gestión organizacional, se cuenta con 6 elementos de referencia: Estrategia, Liderazgo, Personal, Gestión del conocimiento, Gestión de los riesgos y Creación de valor.

Las estrategias que posee una empresa son los medios para alcanzar la visión. Las estrategias son pocas y definen los factores clave del éxito, como precio, valor, tecnología, cuota de mercado y cultura organizacional. Se basan en la definición de metas empresariales a largo plazo e identifican los medios para conseguirlas. Este criterio evalúa la formulación de las estrategias de la organización, la manera en que han sido definidas, el desarrollo y seguimiento que han tenido y la difusión y alineación de las mismas con los objetivos principales de la interventoría, y con la cultura organizacional que se ha definido. Se evalúa igualmente la estructura y la gestión de los procesos así como la manera como la organización gestiona el mejoramiento continuo de los mismos y las herramientas de mejora de que se dispone para ello. También está orientado a verificar que los resultados obtenidos estén en correspondencia con la planificación.

Un líder es aquella persona en torno a la cual agrupan otras personas quienes encuentran que esa persona tiene el carisma, las capacidades y la seguridad que consideran necesarias para orientar y dirigir al grupo. Al interior de la empresa es una persona que podrá conducir todos los esfuerzos de los empleados para alcanzar los objetivos de la organización, mediante una comunicación efectiva, consiguiendo el equilibrio entre intervención y libertad y desafiando y desarrollando el liderazgo del equipo. Este criterio examina el papel de la gerencia, los altos directivos y líderes dentro de la organización, en la construcción de una organización de alto rendimiento y una cultura de excelencia. Se evalúa el compromiso con la misión, la visión, su divulgación para todo el personal y se explora la capacidad de comunicación y de guía que tienen los líderes frente a la comunidad, y su compromiso frente a la organización.

Realizar una correcta administración del recurso humano contribuye a la consecución de los objetivos de la organización, a asegurar que la empresa disponga de las personas con el talento necesario y a crear un clima laboral de confianza mutua, que, unida a la planeación estratégica del negocio, construyen la cultura organizacional que caracteriza a la empresa y que le permite tener una ventaja competitiva sobre el resto de organizaciones. Con este criterio se examina la administración de recursos humanos, la gestión del talento y los mecanismos que permiten un aumento de productividad. Se evalúan los mecanismos de motivación que generan compromiso por parte de los trabajadores, las formas como se puede mejorar su participación en la consecución de los objetivos, optimizando la alineación del recurso humano con las estrategias del negocio y la calidad de vida del trabajador.

El conocimiento del que disponen las personas en la organización y su compilación no solo genera valor económico para la empresa, sino que, en la nueva era de la información, permite hacer la diferencia. Es fundamental que la empresa identifique qué es lo mejor que hace y cómo lo hace, transmitiendo la información entre los niveles de todos los departamentos para garantizar que quién realiza una tarea sabe el porqué de la misma y el impacto que esta tiene en el cumplimiento de los objetivos de la organización. Este criterio evalúa la gestión del conocimiento y la información, considerando los procesos de capacitación y difusión de conocimiento e información con el ánimo de generar un ambiente propicio para la excelencia. Se evalúan la centralización en el desarrollo del conocimiento, las habilidades como resultados de los procesos de aprendizaje organizacional, y la forma como la empresa genera técnicas para darle uso a este recurso clave.

Minimizar las pérdidas al conocer y atacar las amenazas solo puede lograrse a través de una adecuada gestión de riesgos, la cual implica establecer una infraestructura apropiada, además del desarrollo de una cultura de prevención y la aplicación de una metodología sistemática para mantener el riesgo bajo control, que es lo que hace posible que la prestación del servicio se dé sin retrasos ni complicaciones. Este criterio examina los riesgos a los que la organización está expuesta y su capacidad para poder enfrentarlos y mantener un éxito sostenible. Se evalúan las estrategias y programas que han sido desarrollados por la organización para la medición del impacto de los riesgos operativos, financieros, ambientales y jurídicos, además de las respectivas evaluaciones y seguimientos que deben realizarse para que el proceso de gestión pueda fomentar una cultura de excelencia.

Cuando la empresa tiene identificados los grupos de interés sobre los cuales ejerce influencia, debe realizar esfuerzos adicionales para aumentar la diferencia que existe entre los beneficios que recibe y los esfuerzos necesarios para cumplir con las responsabilidades que asume en un contrato, esfuerzos que la hacen más atractiva para sus clientes por encima de otras organizaciones. Con este criterio se examinan los resultados del desarrollo de la organización, en consideración con sus objetivos, estrategias y la creación de valor para los diferentes grupos de interesados. Se evalúan los métodos diseñados por la empresa para generar sostenimiento, solidez y eficiencia en la gestión organizacional dirigida a la satisfacción de las necesidades del mercado, y se comparan con las mejores prácticas nacionales e internacionales.